Una Ameba en los Pantalones

Pongámonos en situación: Están en el precalentamiento, y justo cuando las carnes están a punto, le bajas los pantalones y en lugar de encontrarte con una anguila dispuesta a electrocutarte de lujuria... te encontras con una ameba amorfa y fláccida. Y para colmo el dueño de la ameba tiene el tupé de decirte: "Mi amor, te juro que es la primera vez que me pasa". COOOOONCHA!
Vos, que venías húmeda y tibia, acabas de resecarte como un charquito en el Sahara, la libido y el humor se evaporaron también. ¿Y el dueño del pene invertebrado? él quiere mimos y atención para su orgullo disminuido. Y entonces una tiene que cumplir con sus obligaciones de mina comprensiva:
-Hacerles creer que realmente les creemos que es la primera vez que les pasa (Aunque hayamos sido testigos de otras tantas previas primeras veces).
-Ocuparnos de su orgullo buscando los motivos para el pene inerte cual Alessandras caseras (empezamos con el "estas cansado", "no es nada", "A todos los hombres les pasa alguna vez", "es el stress"...)
-Recomenzar el precalentamiento tratando de que la sangre fluya hacia el cerebro masculino inferior, lo cuál más de una vez resulta infructuoso porque el impotente temporal está aterrorizado pensando: "Y si no se me para nunca más...?"
Y todo esto, mientras tratas de encontrar nuevamente tu propia libido : te pones a pensar en si es que no lo calentás, o si realmente será el cansancio y en las ganas que tenés de matarlo porque, después de tanta previa, llega la hora de los bifes y al señor se le olvidó la carne del freezer...
En fin, señores, la próxima vez que digan "te juro que es la primera vez que me pasa", sepan para empezar que es poco creíble. En segundo lugar, que cuando decimos "no importa, mi amor" estamos mintiendo para subirles la autoestima (y el pene, por supuesto) y que en realidad sí importa. Y tercero, que si pasa de vez en cuando, está todo bien... PERO APRECIEN EL ESFUERZO.