29/11/09

Explicación sin Sutilezas

Llamaste a mi celular por quinta vez en menos de 30 minutos, perdiendo la poca dignidad que te quedaba después de la seguidilla de mensajes de texto que jamás te respondí.

No satisfecho, todavía tuviste el coraje de pedirme una explicación para lo que pasó con nosotros. Y ahí perdí la paciencia, porque… ¿Qué nosotros?¡Nunca llegamos a ser nosotros! Y no me entendiste. Ni hoy, ni ayer, ni antes de ayer ni el año pasado ni cuando eramos (poco) amigos con (muchos) derechos. Y claro, la culpa es mía por haber sido sutil en aquel entonces, así que tratemos con un enfoque más directo:

Nos conocimos el año pasado en una salida con amigos en común. No tenías los ojos de Brad Pitt, no eras un derroche de hermosura ni de músculos (especialmente no abdominales), pero zafabas. Tampoco tenías el cerebro de Einstein, eso me quedó claro cuando en 15 minutos de charla hiciste 5 chistes sobre sexo a pesar de que la conversación giraba en torno al pedido que íbamos a hacerle a la moza, haciendo una excelente demostración de tu capacidad para el chiste fácil, el doble sentido y la asociación libre. Por si eso no bastara, me asombraste con tu absoluto desconocimiento del correcto comportamiento en reuniones, cuando acotaste cosas como “el maní y la cerveza van juntos como la pija y el orto” o “Quién no se rasca la oreja con la llave del auto?”. Y más tarde hiciste gala de tu ignorancia cuando dijiste que ese fin de semana era largo por la muerte de San Martín o alguno de esos, a pesar de que estábamos en Junio.

Físicamente zafabas, eras simpático, chistoso, agradable… y absolutamente impresentable.

Y me volviste loca toda la noche. Me sacaste a bailar cuarenta veces, me invitaste numerosos tragos (tantos como vos tomaste) y recurriste a un montón de frases clásicas como “sos muy linda”, “cómo puede ser que una mina como vos esté sola” y “ los hombres están ciegos?!”. Y no te creí nada, pero te ofreciste a llevarme a casa porque vivíamos cerca y en el camino me invitaste a salir y qué sé yo… una no es de madera y aunque una sepa que la están chamullando, es lindo saber que el tipo está intentando conectar los dos hemisferios de su cerebro para decirte algo lindo y no pajero, así que te pasé mi celular. Y salimos. Y seguías siendo simpático e impresentable, pero besabas lindo… Y mi teoría es que un hombre que besa bien también coge bien (y viceversa) y como sexdelivery no necesitaba presentarte a nadie y ahí, tu “impresentabilidad” ya no era un problema. Y lo charlamos: dejamos bien en claro que no buscábamos nada serio, que seríamos amigos con derecho a hacer lo que querramos pero sin derecho a preguntarnos nada. Y nos fuimos a tu casa y atacamos al sillón, a la pared, a la cama y más tarde a la ducha. Definitivamente mi teoría se cumplía.

Y salimos tres veces más. Y cogimos tres veces más. Creo que entre las cuatro salidas, habremos pronunciado 40 palabras cada uno. Y después de terminar, mientras los dos nos fumábamos un cigarrillo, me dijiste que estaría bueno ver cómo seguía lo nuestro. Y te aclaré que yo sólo buscaba un sexdelivery, no un novio. No quise decirte que eras un impresentable, prefería dejártelo en un “estoy enfocada en otras cosas en este momento y prefiero que siga así, por eso no busco nada serio”. Y me llamaste varias veces al día por teléfono, y me mandaste mensajes de texto para ver si me convencías. Y me cansé asi que nos fuimos a tomar un café y te dije que esto no iba más. Y me dijiste que lo entendías, pero me mandaste mensajes y me llamaste por teléfono ese mismo día, y el día siguiente, y el día siguiente a ese, y me cansé de responderte siempre lo mismo. Y cuando no te atendí el teléfono, te apareciste en la puerta de casa, esperando que yo llegara del laburo y tuve que echarte a gritos susurrados para que no escucharan los vecinos.

Y desde entonces, me mandas un mensaje cada quince o veinte días preguntando cómo ando. A la media hora, cuando ves que no te respondo, me mandas otro mensaje de texto que me cuenta cuánto te duele que yo no responda nada. Pasada otra media hora, otro mensaje de texto me acusa de turra, pero a los cinco minutos un cuarto mensaje de texto me informa que estas arrepentido y que estaría bueno vernos. Siempre digo que menos mal que salimos solo cuatro veces, porque en una quinta me dormías y me ponías un chip de GPS en el orto para no perderme de vista…

¿Querés una explicación, papito? Estas piradísimo. Pero pirado mal, posta. Antes que una novia, necesitas una psicóloga que te arregle y una madre que te eduque y no coges lo suficientemente bien como para que me den ganas de ser ninguna de las dos cosas.

Y esto es lo que pasa cuando te negas a interpretar mis sutilezas.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Nice!
Ok. Si cojes como escribis... tenes mis felicitaciones.
Saludos.

Daemon el Gordo dijo...

jajajjjajajaj me matas gordita divina, te extraño una banda jeje, que es de tu vida trastorno? desde aca, Daemon, y salu2 a marcos guillermo de mi parte.

Elita dijo...

Por favorrr como me rei! Tenes que aparecer mas seguido!! Si le dijiste todo lo que le dijiste, de sutil no habia nada... Se ve que algunos asuntillos tenia el susodicho...

Nico Pela dijo...

Jajaja muy bueno me cague de risa, te felicito, era un nabo el flaco